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Reseña – Aladdin (2019)

Si son recurrentes oyentes de nuestros podcasts sabrán que no soy el más grande fan de los remakes live-action tan comunes entre la oferta de películas actual de Disney, por lo que ya podrán imaginar el miedo que me causaba ir al cine a ver la nueva versión de Aladdin. Ahora después de haber salido de la sala de cine estoy mucho más tranquilo, pero no del todo convencido.

Cada que veo una nuevo remake live-action de Disney me doy cuenta de que quizá mis expectativas deben cambiar con este tipo de películas, pues más que ser remakes completamente fieles a las obras en las que se inspiran, se trata de películas con abundantes cambios que apelan a lo que pueden esperar las nuevas generaciones. No digo que todos los cambios que se hacen sean para mal, pero también me parece completamente válido que algunos fans decidamos que los clásicos animados siguen siendo la mejor opción para disfrutar de estas historias que no envejecen.

Inicio con lo que más me gustó. Al igual que la reciente adaptación de La Bella y la Bestia, se trata de un musical en el que están las canciones que nos conquistaron en la década de los noventa. Alan Menken sigue encargado de supervisar los arreglos de estas adaptaciones y de agregar algunas nuevas melodías; me parece que se refleja en productos que, al menos desde el lado musical, no nos dejan mucho qué desear como fans de Disney.

Me gustó la elección de Mena Massoud como Aladdin y Naomi Scott como Jasmine. Ambos hacen muy bien sus papeles y te hacen imaginar que quizá así se verían los personajes del clásico animado si cobraran vida.  De Naomi Scott también cabe destacar que fue capaz de transmitir a la perfección un mensaje importante que busca la nueva cinta respecto al estereotipo clásico de las princesas, presentándonos papeles femeninos mucho más empoderados.

Del lado de Will Smith hay sentimientos encontrados; era muy difícil llenar los zapatos que dejó Robie Williams y todo el humor del que dotó al genio en la película animada, pero me parece bien que Smith haya hecho su propia versión del genio con su propia personalidad. Hay a quienes les gustó, hay a quienes les desagradó (de ahí muchas de las calificaciones bajas de la cinta entre la crítica); en lo personal esperaba que el papel de Will Smith me gustara menos y terminó pareciéndome correcto, aunque definitivamente no será inolvidable como fue aquel genio de la película de 1992.

La recreación de Agrabah es colorida, la película cuenta buen diseño de vestuario y llamativas coreografías para los números musicales. De ese lado, me parece que no hay muchos problemas aunque tampoco aportes muy sobresalientes, todo el apartado visual es correcto pero no espectacular. Sigo pensando que Jafar debió haber sido un hombre de mayor edad y mucho más atemorizante.

Ahora bien, pasemos a lo negativo y es lo que le duele a la mayoría de los remakes live-action de Disney. Como ya es una constante en los guiones de estas adaptaciones, por alguna razón se busca dar explicación a elementos de las películas de fantasía que no necesitaban explicación y se hace mediante agregados que resuelven a medias las cosas, pero se quedan como parches completamente irrelevantes. No entraré mucho en detalles para no hacer spoilers, pero puedo adelantarles que hay una buena cantidad de nuevos personajes, situaciones y argumentos que tienen la intención de contar una historia de Aladdin mejor justificada para los públicos actuales, pero que realmente muy poco aportan a lo que ya había contado el clásico animado. Es aquí donde se encontrarán con los cambios respecto al clásico animado que pueden sentirse un poco molestos o incómodos para quienes esperábamos una adaptación más fiel a la película original. ¿Para qué tratar de arreglar algo que funcionaba muy bien como estaba?

Hay escenas completamente nuevas si se comparan con el clásico animado, pero son parches que no hacían falta y que se quedan como algo completamente olvidable.

En fin. Puedo decirles que la adaptación de Aladdin me gustó mucho más que lo que se hizo recientemente con Dumbo que estuvo llena de malas actuaciones, huecos por doquier y un relato que para nada le hizo justicia al clásico. Aún así, me parece que si van al cine a ver la nueva Aladdin es bueno llevar una mentalidad de que es algo inspirado en el clásico, con abundantes referencias directas al mismo (uno que otro easter egg de los Disney Parks), pero muy diferente y en una línea que busca ser políticamente correcta con los públicos contemporáneos. Will Smith como el genio es él mismo, para bien o para mal, pero esta lejísimos de aquel personaje inolvidable de 1992.

Rescato de la película un bello número de A Whole New World, pero cada vez me doy cuenta que quizá estos remakes live-action no son del todo para mí, un fan de Disney que no necesita que la empresa trate de readaptar historias que funcionaban bien como estaban.

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