Aquí estoy 45 horas después con la campaña principal terminada y con un poco de tristeza derivada del hecho de que el relato concluyó y serán años de espera para la siguiente aventura de Kingdom Hearts. Estoy feliz porque mis últimas 15 horas con el juego fueron todo lo que podía haber esperado.
No quiero arruinar la sorpresa de quienes no han acabado la campaña, pero puedo decirles que me siento muy satisfecho de que el juego haya hecho lo que prometió: ató muchos cabos sueltos y en estas últimas 15 horas me dejó claro que cada entrega de la serie es de suma importancia para el argumento general.
Puedo confesar que mis ojos se llenaron de lágrimas al ver la manera en la que todo converge en pocas horas y se logra lo que parecía imposible para llegar a un final satisfactorio y muy emotivo. Estas últimas 15 horas fueron una verdadera recompensa para el fan entusiasta de Kingdom Hearts, un mensaje claro de Tetsuya Nomura que deja claro que cada producto que lleva el nombre de la serie es una pieza clave para la franquicia.
Ciertamente, Kingdom Hearts III fue el final de una saga de casi 20 años, pero no por ello el final de la franquicia. Como bien lo dijo el actor Tony Anselmo (voz de Donald) en una entrevista reciente para D23, cuando le preguntaron cómo se sentía decir adiós a la franquicia. “Me dijeron lo mismo cuando terminamos el primer juego. Dudo que algo tan popular pueda terminar antes de que su público lo quiera”.
Sin caer en spoilers puedo decir que el final está lleno de los sentimientos que podíamos esperar de un capítulo que concluye la saga de Xehanort, inevitable conmoverse hasta las lágrimas en el momento en el que Don’t Think Twice de Hikaru Utada suena al presentarse el último cinemático del juego y se ven rodar los créditos.
Lo que sí puedo decirles es que hay momentos importantes tanto en el último cinemático como en un epílogo y el ya tradicional final secreto de Kingdom Hearts III. Una vez más la serie nos deja con muchas interrogantes y material de conversación entre las comunidades. Hoy, a una semana del lanzamiento del juego, los foros especializados y canales de youtube ya están inundados de posibles teorías de lo que sigue para la franquicia, charlas y discusiones que hacen disecciones precisas de cada una de las cosas que pasan en esos tres últimos videos del juego para tratar de averiguar qué es lo que sigue para la serie.
Lo que nos ha dejado el final del juego sí es una conclusión para un relato de casi dos décadas, pero al mismo tiempo es una puerta abierta a un futuro prometedor en el que, en lugar de que la serie se vea debilitada por el paso de los años, se ve absolutamente fortalecida para afrontar nuevas generaciones y seguir complaciendo a aquellos que han crecido a su lado.
Muchos podrían preguntarse, ¿qué necesidad hay de hacer tan rebuscado el relato? ¿por qué tanta ambigüedad en un final que se presta para múltiples interpretaciones? Tómenlo como una opinión personal, pero me parece fantástico que una serie como Kingdom Hearts nos vaya a mantener hablando por muchos meses de lo que pasará. Desde el momento en que vi rodar los créditos me puse a ver una y otra vez los últimos cinemáticos para ver qué he pasado por alto y me emociona bastante que, a pesar de todas las teorías que tengamos, la serie no dejará de sorprendernos en lo que sea que venga a continuación.
La puerta está abierta no sólo a un Kingdom Hearts IV que nos presente una amenaza mayor a la de la saga de Xehanort, también hay espacio para juegos que cuenten historias paralelas que convergirán en un esperado nuevo episodio de la franquicia que, esperemos, no nos mantenga esperando toda una década.
Y bueno, ¿qué tal la dificultad al final del juego? Cumplió muy bien en un segmento plagado de batallas contra jefes. La última batalla me mantuvo un par de horas reintentando y con la tentación de regresar a subir un poco de nivel para superar el desafío: justo lo que esperaba de un juego de Kingdom Hearts.
¿Qué puedo hacer ahora que terminé la campaña y vi el video secreto? La verdad, es que hay mundos en los que queda muchísimo por hacer. La campaña principal, en muchos de los casos, sólo te muestra un poco del potencial de cada mundo que cuenta con sus propias actividades que son fáciles de pasar por alto. Mi apetito completista me hace desear el trofeo de platino de Kingdom Hearts III y estoy seguro de que en los siguientes días seguiré buscando Hidden Mickeys, ingredientes para las recetas de Remy y las mayores puntuaciones en los minijuegos de cada mundo.
Sí, me quedo un poco triste de haber completado la aventura, pero sé que no es el final, estamos lejos de que sea el final de una serie como Kingdom Hearts y aquí estaremos en el futuro esperando lo que venga de este maravilloso crossover de Disney y Square Enix.
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